Los Expertos Hablan - Protección Solar, Dr. Ehlingher-David
¿Por qué decimos que la exposición al sol acelera el envejecimiento? ¿Podría describir el proceso?
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La piel actúa como una barrera protectora para nuestro cuerpo y, como tal, está muy expuesta a muchos factores externos relacionados con el entorno y los rayos solares. Aunque el 90 % de los rayos UVB no traspasa la epidermis (capa superior de la piel), tan solo el 20 % de los rayos UVA no penetra en la piel. Los rayos UVA son los responsables del fotoenvejecimiento y la carcinogénesis. Cuando consiguen penetrar en la piel, causan daños irreversibles a nuestras células y, poco a poco, el efecto acumulativo del sol es responsable de acelerar el proceso de envejecimiento de la piel.
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Al provocar estrés oxidativo a nivel celular, los rayos ultravioleta (UV) reducen la producción de fibras de colágeno, una proteína esencial para el correcto funcionamiento de los tejidos conjuntivos y que le confiere elasticidad a la piel. Con el tiempo, la exposición constante y prolongada al sol ataca las células del ADN, lo que hace que las células mueran (envejecimiento acelerado) o provoca anormalidades celulares que pueden convertirse en cáncer de piel.
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Visualmente, hay una gran diferencia entre la piel que ha estado expuesta al sol a diario y la piel que no lo ha estado. Esta diferencia se observa en la sequedad de la epidermis, la aparición de arrugas y líneas de expresión, la intensificación de las arrugas existentes, la aparición de manchas parduzcas y de la edad (debido a la hiperproducción de melanocitos), una pérdida de la elasticidad por la aglomeración de las fibras y la falta de firmeza en la piel debido a la reducción de las fibras de colágeno.
¿Qué beneficios tiene la exposición al sol para envejecer bien?
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Además de aportar un brillo saludable, se ha demostrado científicamente que el sol es bueno para la salud ósea, la inmunidad y el bienestar mental, beneficios que se pueden disfrutar aunque nos protejamos del sol.
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El sol es un valioso aliado. Toda una inyección de ánimo, ya que estimula la síntesis de las endorfinas (las hormonas con efecto relajante que nos hacen sentir bien). Los rayos UV aportan beneficios notables con respecto a ciertas patologías de la piel, como la psoriasis y el eccema, porque tienen un efecto antinflamatorio.
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Por último, pero no por ello menos importante, los rayos ultravioleta equilibran nuestra cronobiología (el principio de la terapia lumínica), que contribuye a nuestro bienestar general regulando los ciclos del sueño y otros ritmos cardíacos.
¿Qué riesgos presenta la exposición al sol?
Aunque el sol aporta muchos beneficios a nuestra salud, una exposición mal controlada o excesiva puede ser muy peligrosa.
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Envejecimiento de la piel: los rayos UV aceleran el envejecimiento de la piel. Se puede apreciar la aparición prematura de arrugas y pequeñas manchas parduzcas. Proteger la piel será el mejor aliado antienvejecimiento para conservar un aspecto joven.
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Quemaduras: la exposición sin crema solar puede provocar inevitablemente la aparición de las temidas quemaduras. Las quemaduras solares pueden ser muy peligrosas e incluso pueden provocar quemaduras superficiales de segundo grado, que se manifiestan en forma de ampollas. Es fundamental protegerse siempre que nos expongamos al sol.
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Alergias al sol: la exposición al sol puede causar reacciones alérgicas. Estas reacciones se manifiestan en el pecho o en cualquier otra parte del cuerpo. Suelen aparecer por primera vez tras exposiciones prolongadas al sol y pueden reaparecer con exposiciones inferiores.
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Fotosensibilización: algunos medicamentos, como los antibióticos, los tratamientos hormonales, los geles antinflamatorios, etc., pueden acentuar los efectos del sol en la piel por su riesgo de fotosensibilización. Antes de exponernos al sol, debemos seguir las recomendaciones de nuestro médico y leer detenidamente las instrucciones de los medicamentos o preguntar a nuestro farmacéutico.
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Brotes de acné: la piel con tendencia al acné puede mejorar con el sol, debido a que los rayos secan la piel; pero se han de considerar los rebrotes de acné (más producción de sebo y piel más gruesa) al final del verano. La protección solar es fundamental para evitar este desagradable fenómeno.
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Melasma o paño: tras la exposición al sol, las mujeres embarazadas o aquellas sometidas a tratamientos hormonales pueden desarrollar unas manchas parduzcas en la piel de un color marrón grisáceo muy particular y de aspecto muy irregular, que llegan hasta la frente, ya sea en la parte central o en la lateral, las mejillas, la parte superior del labio y las líneas de la mandíbula. Esto es lo que comúnmente se conoce como paño.
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Cáncer de piel: además de acelerar el envejecimiento de la piel, los rayos ultravioleta pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel (melanoma y carcinoma). Es importante distinguir el melanoma, cuya principal causa son las quemaduras solares graves, y tener en cuenta que pueden trascurrir hasta 20 años entre la quemadura y su manifestación como cáncer de piel. Por eso es importante evitar las quemaduras solares todo lo posible, sobre todo cuando se es joven. Los carcinomas se dan con más frecuencia y son la consecuencia de una exposición constante a lo largo de los años. Hay que tener cuidado con las exposiciones «inocentes» (cuando se trabaja en el jardín o cuando se practica ejercicio al aire libre, como golf) y protegerse siempre a diario, durante todo el año.
¿Qué pasa con los lunares y la prevención del cáncer de piel?
Un lunar, cuyo nombre científico es nevo, es una anormalidad de los melanocitos, las células que producen melanina, el pigmento que le confiere a la piel su color y bronceado. Aunque la mayoría de los lunares son y seguirán siendo benignos, su transformación constituye el 20 % de los casos de melanoma. Un control regular de su evolución será la mejor estrategia para evitar el riesgo de que se conviertan en un cáncer de piel.
Algunos puntos útiles que ayudan a controlar los cambios de los lunares:
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Falta de simetría
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Un aumento de tamaño (>5 mm)
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Un contorno irregular o dentando
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Falta de uniformidad en el color (más de 2 colores)
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Un número elevado (>30)
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Sangrado espontáneo
La mejor medida preventiva para evitar una evolución anormal de los lunares es aplicar protección solar con un factor máximo (FPS 50) en todo el cuerpo, independientemente de nuestro fototipo. También se recomienda tener una consulta anual con el dermatólogo.
¿Qué importancia tiene la protección solar a diario? ¿Cómo se incorpora en una rutina diaria del cuidado de la piel? ¿Se ha de ajustar la rutina con el cambio de las estaciones?
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La protección solar debería formar parte de la rutina diaria tanto en verano como en invierno. A medida que nos acercamos a la primavera y el verano, se debe aumentar el factor de protección solar; durante el invierno, FPS de 15 a 30 (dependiendo del fototipo, dónde se viva y las actividades diarias); durante la primavera y el otoño, FPS 30; y durante el verano, al menos FPS 30. También se pueden usar a diario productos de cuidado facial que contengan un factor de protector solar del 15 o 30. En verano, se pueden usar productos con beneficios antiedad adicionales (Soleil Protect Anti-Brown Spot Unifying Fluid o Soleil Protect Line Smoothing Serum) para simplificar la rutina diaria.
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Si se va a estar expuesto al sol durante un periodo de tiempo prolongado, se debe volver a aplicar la crema solar cada dos horas.
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Por ejemplo, si una persona vive en la ciudad y anda haciendo recados por la mañana y al final del día, con dos aplicaciones será suficiente.
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Una persona que viaja varias veces al día en bicicleta y está directamente expuesta a la luz del sol, debería aplicarse protector solar varias veces al día.
Consejos de expertos para elegir el producto de protección solar adecuado
Todos somos diferentes y a todos nos afecta el sol de una manera distinta. Dependiendo del fototipo (el color de la piel, los ojos y el cabello), nuestra reacción a la exposición solar será una u otra. En términos generales, cuanto mayor sea el nivel de melanina en la piel, menos vulnerable será la piel al sol. Por eso, las pieles más claras son mucho más sensibles a la radiación que las oscuras.
De ahí que sea tan importante elegir una crema solar adecuada para cada tipo de piel y que tenga un factor de protección solar suficiente que proteja bien la piel.
A continuación, se exponen algunos consejos para elegir la mejor crema solar.
EXPOSICIÓN DIARIA...
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En la ciudad, es preferible utilizar una textura ligera que se pueda usar como una crema de día antes del maquillaje. Los hombres también suelen preferir esta textura, porque es menos grasa.
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Para las mujeres que pasan mucho tiempo al aire libre o que llevan maquillaje, se recomienda usar una crema de día antimanchas o antioxidante combinada con el protector solar en el maquillaje varias veces al día.
CERCA DEL AGUA O DURANTE EXPOSICIONES MÁS INTENSAS...
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Factor de protección máximo (FPS 50 o 30 dependiendo del fototipo) en las primeras exposiciones, y gradualmente más bajo si, y solo si, la piel reacciona bien. (No hay quemaduras ni signos de deshidratación importantes).
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Es imprescindible que tenga una textura cremosa, hidratante y resistente al agua. La crema facial aguanta mejor en la piel. La loción corporal es una buena opción porque penetra más fácilmente sin formar una película grasa en la piel. Las fórmulas en un tubo son muy convenientes porque se pueden transportar con facilidad y son muy efectivas en áreas de alto riesgo (lunares, contorno de los ojos, labios).
Consejos de expertos sobre la aplicación de los productos de protección solar (rostro y cuerpo)
La crema solar se debe aplicar zona por zona, para asegurarse de que todas las partes del cuerpo queden bien protegidas. Aplicar la crema por todo el rostro, empezando por: 1, la nariz y la barbilla; 2, la mandíbula; 3, los ojos y el contorno de los labios; 4 el cuello y el escote; sin olvidarse de 5, el cuello, las orejas y la cabeza en el caso de los hombres. Se recuerda que hay que proteger también las manos, ya que están continuamente expuestas al sol y tienen una piel muy fina con tendencia al envejecimiento prematuro.
A continuación, se destacan algunas precauciones que se deben tomar:
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Aplicar una protección solar adecuada para cada tipo de piel y con el FPS más alto en todas las áreas expuestas.
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Evitar la exposición al sol entre las 12:00 y las 16:00, cuando el sol alcanza su zenit, puesto que durante estas horas los rayos son más agresivos.
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Exposición gradual: durante los primeros días de exposición, limitar el tiempo a 30 minutos. Después, a medida que la piel se va adaptando, se puede aumentar el tiempo de exposición para preparar la piel y evitar la aparición de quemaduras o eritemas.
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Volver a aplicar la crema de protección solar cada dos horas o después de cada baño, aunque sea resistente al agua.
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Tiempo de exposición moderado, sobre todo para personas con tonos de piel claros. 20 minutos es tiempo suficiente para quemarse.
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Protegerse durante todo el año: se recomienda aplicar una crema hidratante con protección contra los rayos UVA a diario, hasta en días nublados, para evitar el envejecimiento de la piel. El hecho de estar a la sombra no significa que no estemos expuestos a los rayos ultravioleta.
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Consejos para una aplicación óptima: aplicar la crema de protección solar 15 minutos antes de la exposición y en buenas cantidades en todas las partes del cuerpo. Se debe aplicar también en las orejas, el cuello y en los pies, zonas que se suelen olvidar al aplicar el protector solar.
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Llevar gafas de sol y un sombrero para garantizar la máxima protección.
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Rehidratar la piel tras la exposición solar con productos de cuidado de la piel, como el aftersun. Este producto se puede aplicar en capas generosas, a modo de mascarilla, en las zonas más rojas para rehidratar la piel deshidratada.
¿Se puede usar un producto con retinol en primavera/verano? ¿Cómo se incorpora en la rutina diaria del cuidado de la piel?
¿Cómo se incorpora en la rutina diaria del cuidado de la piel?
Durante las estaciones de primavera y verano, es mejor usar retinol solo por la noche sobre el rostro limpio y usar protector solar por la mañana. En otoño e invierno, el retinol se debe usar tanto por la mañana como por la noche si la piel lo tolera bien.
¿Qué beneficios aportan los productos de protección solar con ingredientes antiedad (vitamina C, ácido hialurónico)? ¿Son compatibles con otros productos del cuidado de la piel? ¿Cómo se incorporan en una buena rutina diaria del cuidado de la piel?
Si usamos productos de protección solar que combinan otros ingredientes activos, como la vitamina C o el ácido hialurónico, podemos usarlos como un tratamiento diario del cuidado de la piel. Estos productos nos ahorran mucho tiempo, sobre todo a las mujeres, que pueden simplificar su rutina diaria y al mismo tiempo nutrir su piel (gracias a la acumulación de ingredientes activos) con beneficios antiedad y protectores. Este producto de protección solar se puede aplicar como una crema diaria para el cuidado de la piel con todos los beneficios de una crema de día.
¿Qué diferencia existe entre los rayos UVA y los UVB?
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Los rayos ultravioleta son rayos de luz invisibles procedentes del sol. Se diferencian por su longitud de onda, que es lo que determina el efecto que tienen en nuestra piel. Los rayos UVA tienen una longitud de onda de 400-320 nm, comparada con la de 320-290 nm de los rayos UVB.
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Debido a que tienen una longitud de onda más larga, los rayos UVA penetran más en profundidad en la dermis que los UVB. Los rayos UVA son los principales responsables del bronceado y la aparición de signos de la edad (manchas, arrugas, etc.) y son los que presentan un riesgo cancerígeno. Los rayos UVB, por otro lado, no penetran en tanta profundidad. Son los que hacen que nos quememos, nos salgan ampollas, etc. Por eso es importante protegerse de ambos tipos.
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Los rayos ultravioleta atraviesan las nubes y también se reflejan en el agua, la nieve, y la arena, entre otros. Por eso hay que tener cuidado y proteger la piel con productos de protección solar adecuados a nuestro fototipo, además de tener en cuenta el entorno en el que nos encontramos.
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Como recordatorio, las ventanas bloquean los rayos UVB, pero no los UVA, lo que significa que nos podemos quemar igualmente detrás de un cristal.
¿Existe de verdad el concepto del capital solar? ¿Qué significa?
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Todos nacemos con un capital solar que corresponde a la capacidad de nuestra piel de luchar contra (y reparase ante) los efectos dañinos del sol. Este capital viene determinado en gran medida por nuestra genética y nuestro fototipo. Con cada exposición al sol, nuestro capital disminuye hasta agotarse, y esto ocurre aún más rápido si no protegemos la piel adecuadamente. Cuando se agota nuestro capital solar, podemos observar la aparición de afecciones en las zonas expuestas que indican una saturación: se ha excedido la capacidad de la piel para repararse.
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Para conservar este valioso capital durante el mayor tiempo posible, debemos hacer lo que sea necesario para limitar nuestra exposición al sol y protegernos de los rayos UV con productos de protección solar de calidad.